Dime con quien andas y te diré quién eres.
Pues resulta que los seres humanos fuimos diseñados para relacionarnos con otros seres humanos y por esta razón buscamos un grupo al cual pertenecer. Entonces, la pregunta es: ¿A que grupo pertenezco? Cuando alguien despierta admiración en nosotros, queremos imitarle, seguir su ejemplo, y muchas veces eso es lo que determinará nuestro comportamiento y el grupo al que perteneceremos. El mayor problema de nuestros hijos adolescentes es ese, andan buscando con quien identificarse y si nosotros no tenemos una buena comunicación con ellos que desate su admiración, entonces estarán a la deriva de aquel o aquellos que llamen su atención:
¿Cómo quisiera usted que sus hijos sean cuando crezcan? Bueno, eso, mi querido amigo, lo va a determinar las influencias que reciban a lo largo de su vida, así que ahí les dejo esta pulga en el oido:
Tenemos que pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, comunicarnos con claridad para conocer mejor a las personas que están cerca de ellos, teniendo siempre oídos abiertos para escucharlos. ¿Sabía usted que la mejor manera de aconsejar, es, escuchando? Haga preguntas, en lugar de dar consejos… y muchas veces, lo que usted quiere aconsejar, es lo mismo que su hijo le responderá si usted formula la pregunta o las preguntas correctamente.
Cuando yo comencé a estudiar consejería dije: Ora si, voy a poder dar consejos a todo el mundo… “Aquí les va Juan Camaney el sabelotodo” y lo primero que tuve que aprender, fue a cerrar la boca… Por esa razón es que Dios nos dio Dos oídos y una boca, para escuchar más y hablar menos.
Así que ya lo sabe, para que nuestros hijos tengan una vida exitosa, seamos nosotros, su mejor influencia a través de una relación basada en la buena comunicación.
¿Cómo quisiera usted que sus hijos sean cuando crezcan? Bueno, eso, mi querido amigo, lo va a determinar las influencias que reciban a lo largo de su vida, así que ahí les dejo esta pulga en el oido:
Tenemos que pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, comunicarnos con claridad para conocer mejor a las personas que están cerca de ellos, teniendo siempre oídos abiertos para escucharlos. ¿Sabía usted que la mejor manera de aconsejar, es, escuchando? Haga preguntas, en lugar de dar consejos… y muchas veces, lo que usted quiere aconsejar, es lo mismo que su hijo le responderá si usted formula la pregunta o las preguntas correctamente.
Cuando yo comencé a estudiar consejería dije: Ora si, voy a poder dar consejos a todo el mundo… “Aquí les va Juan Camaney el sabelotodo” y lo primero que tuve que aprender, fue a cerrar la boca… Por esa razón es que Dios nos dio Dos oídos y una boca, para escuchar más y hablar menos.
Así que ya lo sabe, para que nuestros hijos tengan una vida exitosa, seamos nosotros, su mejor influencia a través de una relación basada en la buena comunicación.
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